El trabajo es un medio, nunca un fin en sí mismo. Por más que trabajes de lo que te gusta. Es claro: siempre tenemos que pensar que es una actividad necesaria y fundamental para el ser humano. Allí construimos un rol social, nos sentimos útiles y realizamos una parte de nuestro ser. Pero noto cada vez mala gente que trabaja y trabaja sin parar… y comienza a descuidar los otros aspectos de la vida: los afectos, los amigos, los hijos, la pareja. Enfermos del trabajo, los llaman por ahí. Y sí: personas que trabajan compulsivamente sin poder desconectarse, de alguna manera se anestesian de muchas cosas y se separan de sí mismos, y de sus seres queridos. La vida es trabajo, afectos, pasiones, y también  -fundamental- ocio. Para una vida equilibrada tenemos que poder sostener la continuidad de esos cuatro elementos. Si no nuestra existencia se empobrece y un día, casi sin darnos cuenta, podemos comenzar a perderlo todo.