

El amor a las selfies
7 años atrás
El mundo virtual, las redes, son parte de nuestra vida cotidiana. Y nadie puede cuestionarnos el hecho de que subamos una foto familiar, de algún momento, o una selfie. El asunto es cuando la vida de una persona comienza a pasar por la mirado del otro. Y su realidad cotidiana es subir cada momento de la vida, y comienza la fiebre de sacarse fotos personales (selfies) permanentemente. O cuando me encuentro mirando o espiando la vida de los otros permanentemente. Si eso te está pasando y… algo anda mal. Por qué una cosa es mostrar algo cada tanto, a nuestros seres queridos, compartir momentos en ese mundo virtual. Pero otra cosa es cuando eso se transforma en algo compulsivo que esconde, quizá, cierta baja autoestima, o un narcisismo extremo en donde me vivo mostrando para conquistar “me gusta”.
La experiencia me dice que cuando eso es muy intenso e imparable, algo anda mal, algo de la realidad concreta no me satisface. O se me vacía de sentido la realidad, entonces ante el desierto de lo real, me vuelco masivamente lo virtual. Pensemos cada tanto la relación que tenemos con el mundo de las redes. Lo virtual es bueno e interesante en tanto pasaje a lo real. Los afectos, los sentimientos, no están allí, no los verdaderos.