La segunda manera de vivir el amor es como ir al teatro a ver “Don Quijote de la Mancha”, interpretando a Don Quijote, Héctor Alterio y a Dulcinea, Norma Leandro y cuando salen los actores a escena decir “Ese no es Don Quijote! Es Alterio! Lo vi en Caballos Salvajes la semana pasada“, “Ella no es Dulcinea, Es Norma Leandro, estaba cenando con Mirta Legrand anoche!“, posiblemente con esta actitud sea muy difícil disfrutar de la obra, ya que no puedo imaginar los personajes, porque no puedo dejar de ver a los actores. Estas personas no pueden enamorarse o no pueden vincularse con el amor, porque saben que al ser un sentimiento nacido de un mismo, no es real y al no serlo, no puede lidiar con la desilusión que conlleva.

 

Vivir el amor como una bella ilusión

La tercera manera de vincularse es como cuando vamos al teatro. Cuando nos sentamos en la butaca, cuando se apagan las luces, cuando se levanta el telón, sabemos que lo que va a acontecer no es real, pero nos permitimos vivirlo como si lo fuera, sabiendo en todo momento que no lo es. Solo así, podremos disfrutar de la obra teatral.

Para poder construir un amor que pueda vivir plenamente debemos saber que no es real, pero para poder sentirlo, debemos vivirlo como si lo fuera, recordando que no lo es. Cerrar los ojos y desconocer y consecuentemente admirar es fácil, abrir los ojos y desilusionarse al ver el defecto también es fácil, lo difícil es admirar con los ojos abiertos.