El amor puede ser fuente de nutrición y empuje o puede constituirse en el camino del desencuentro. Va a depender del tipo de vínculo que logremos construir. El tipo de amor que constituyamos.

Si lo padecemos o lo disfrutamos va a depender del tipo de vínculo que establezcamos con él. Y nos podemos vincular de tres maneras diferentes.

Vincularse con el amor es igual a ir al teatro a ver una obra.

 

Vivir el amor como real

La primer manera que puedo vivir el amor es cómo vivían el teatro los antiguos gauchos argentinos. En el siglo XIX en Argentina comenzaron las primeras compañías de teatro, eran teatros itinerantes, que viajaban de pueblo en pueblo haciendo sus presentaciones, muchas veces armaban el teatro detrás de las pulperías del pueblo, donde las butacas eran troncos de árboles que llevaban y el escenario era la misma carreta donde viajaban. Los gauchos de ese entonces, nunca habían visto una obra de teatro, no entendía el concepto de la dramatización, por lo que cuando en medio de la obra teatral, por ejemplo el protagonista debía agredir a la protagonista, los gauchos que estaban viendo la obra se paraban sacaban su facón y querían proteger a la damicela en apuros. Se debía interrumpir la obra y explicar que lo que estaba ocurriendo no era real, era ficción, que estaban actuando, los gauchos no entendían muy bien el asunto, pero se sentaban hasta que 10 minutos después en otro momento de la obra volvían a pararse para querer intervenir en los acontecimientos de la trama.

 

Lo que ocurría con los gauchos es que creían que lo que ocurría en el escenario era real, que de verdad estaba pasando. El amor adolescente, el amor inmaduro suele ser así, por eso los amantes jóvenes se juran amor eterno y creen que lo que ocurre entre ellos es tan real como ellos mismo. Por eso son tan dolorosas las desilusiones de los primeros amores.