Somos nuestro cuerpo, y es fundamental tener un buen vínculo con él. Si lo maltratamos, si no hacemos actividad física, si lo mal alimentamos o intoxicamos, no podemos vivir en armonía con el mismo que nos rodea. El espejo nos devuelve una imagen, nadie, ningún ser humano, por más salud mental que tenga, está totalmente conforme con lo que ese espejo le refleja. Pero sin duda que sentirse bien con lo que uno ese es, es sentirnos cómodos y conformes con el cuero que tenemos.

 

Un cuerpo vital y activo imprime una actitud en la vida muy diferente a un cuerpo que está esculpido por la inactividad y el sedentarismo. El hombre primitivo vivía poniendo en acción su cuerpo para subsistir. La vida humana actual,  las comodidades de la vida moderna, nos han hecho olvidar un poco la importancia de tener el cuerpo bien, en forma y capacitado y fuerte en sus potencialidades. Así como tenemos que nutrir nuestra cabeza con estudios, lecturas y esparcimiento y amor, tenemos que ocuparnos del cuerpo.

 

Cuerpo y mente son una misma cosa en permanente acomodación y trasformación. Seamos conscientes de eso