Lo que muestra la experiencia es que los caminos que se presentan como fáciles a la larga dan poco resultado.  Para lograr sentirse bien, para conquistar cosas en la vida, ya sea en el plano del amor, del trabajo o las pasiones, uno tiene  que poner mucho esfuerzo, tiempo y dedicación. Lo rápido tiene vuelo corto.

 

Pero la tentación a creer que se puede lograr ser alguien o ser bueno en algo sin esfuerzo es muy grande. Y más en los tiempos que corren, en donde todo tiene que se ser ¡YA!

 

Pero no: el camino es de entrenar en serio si lo que te gusta es el deporte. El camino es de estudiar duro, renunciando a montones de cosas, si querés ser buen abogado, o carpintero o escritor, es por ahí. No hay otra: el ser humano evoluciona y conquista el mundo a fuerza de voluntad y tenacidad. El asunto es insistir en eso que te gusta. Muchas veces el ánimo y la voluntad se caen, eso es humano, no te hagas problema. Son momentos: pero si insistís, finamente, todo llega, un día -casi sin darte cuenta-  te vas a encontrar en el lugar que siempre soñaste desde tus fantasías. Pero nunca olvides que llegaste ahí producto de sostener un proyecto quizá de años, ese es el secreto.