

Como hacer para perdonar
7 años atrás
Si pensamos y sentimos que perdonar es dar a un otro la eximición de una deuda, regalarle la condonación de una deuda, lo primero que nos va a pasar es evaluar si ese otro se merece nuestro regalo.
Y si ese otro está en situación de moroso con nosotros precisamente por habernos dañado, lo más probable es que no consideremos a ese otro digno o merecedor de ese regalo. Lo paradójico de pensar así, es que solo vamos a pensar y sentir que se merecen nuestro perdón aquellos que por sus méritos hacia nosotros, pasados y presentes, sean precisamente aquellos que no estén en una situación de necesitar nuestro perdón. Dicho más simple sería más o menos así: yo perdono solo a los buenos, los malos no se lo merecen; pero los buenos, precisamente por ser buenos, no es necesario perdonarlos. Por lo tanto, usando esa lógica es imposible que perdone nunca, a los malos no, porque no se lo merecen y a los buenos tampoco, porque, por buenos, no hay causa que necesite perdonarlos.
Para acusar o para condenar, que sería la respuesta a NO perdonar, necesito hacerlo desde un lugar de una idea o de un afecto. Si es desde una idea, la que mejor se postula para ello es a idea de la justicia o la venganza, si es desde un afecto, él que se lleva todos los votos es el rencor, el odio o el resentimiento. Muchas veces una idea nutre a un afecto o un afecto alimenta una idea, es decir pueden coexistir ambos, siendo uno el que funda el otro. Pero poco importa a lo que estamos elucubrando aquí estos aspectos.
Por lo tanto, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que mientras mantengamos una actitud de acusación o condena (evitando así el perdón), seguimos, aunque no lo deseemos, vinculados estrechamente con eso que acusamos o condenamos. Cuando digo vinculado, no me refiero a que necesariamente estemos en contacto real con ese otro, sino que ese proceso es interno. Estamos vinculados internamente, dentro nuestro el vínculo persiste, con todo el daño que ello acarrea.
El proceso de perdonar es por el cual yo dejo ir, saco de mi, la basura que otro dejó dentro mío. Por lo tanto, perdonar es soltar, es dejar ir y no puedo dejar ir mientras mantengo el vínculo a partir de la acusación o condena.